Hoy vuelvo a descubrirme asombrada y conmovida,
justo cuando me preguntaba si existías, si podría…
Sin darme cuenta, ya estabas en mí.
¿Por qué me empeño en explicar lo inexplicable?
¿Para qué intentar poner palabras donde no las hay?
Si sólo se trata de sentir, de vivir…
Me es inevitable, el miedo me invade.
Y entonces me pregunto;
¿Tendré el coraje?
Clr. Julieta Pereyra