Soy monorrena, vivo con un solo riñón, debido a una nefrectomia radical del riñón izquierdo realizada como consecuencia de un tumor renal

Desde esta nueva vida, surge en mi la necesidad de comenzar a utilizar este espacio con el fin de aportar conciencia e información sobre prevención de esta enfermedad. La única manera de prevenir es estar informados y prestarle atención a nuestro cuerpo.

Es desde este lugar, que me atrevo a proponer e invitar a transitarlo juntos…

¿Me acompañas?

domingo, 30 de octubre de 2011

Tras la puerta...


Tras la puerta de sentir tu debilidad reside tu fuerza.
Tras la puerta de sentir tu dolor residen tu placer y gozo.
Tras la puerta de sentir tu miedo residen tu seguridad y confianza.
Tras la puerta de sentir tu soledad residen tu capacidad de sentir satisfacción, amor y compañía.
Tras la puerta de sentir tu odio reside tu capacidad de amar.
Tras la puerta de sentir tu desesperación reside tu esperanza verdadera y justificada.

Poema que fue canalizado por Eva Pierrakos, está en el libro “Hágase la luz”,  de Bárbara Ann Brennan

jueves, 27 de octubre de 2011

Hoy...

El hoy nos da un camino que nos abre los brazos.
Y uno avanza, pelea, se cae, se enoja y sigue avanzando.
Uno saca piedras, saca arena y avanza, retrocede, junta rosas y avanza.
Sueña, grita y sigue acanzando.
Indefectiblemnte todo suma. 
Uno cree, a veces descree...
Uno sigue, la vida sigue.
Pero hoy, este camino me extiende los brazos.
Y avanzo... se que puedo avanzar.
Con piedras o con rosas en los pies.
Hoy sigo, avanzo, sueño.

Ahora mismo, en este instante sagrado, me detengo y decido: 


" HOY MI VIDA ES HOY "



Patricia Sosa

jueves, 20 de octubre de 2011

No...

No es no, y hay una sola manera de decirlo. 
No. 
Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos. 
No, se dice de una sola manera. 
Es corto, rápido, monocorde, sobrio y escueto. 
No. 
Se dice una sola vez, 
No. 
Con la misma entonación, 
No. 
Como un disco rayado, 
No. 
Un No que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín no es No. 
Un No que necesita de explicaciones y justificaciones, 
no es No. 
No, tiene la brevedad de un segundo. 
Es un No, para el otro porque ya lo fue para uno mismo. 
No es No, aquí y muy lejos de aquí. 
No, no me deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas, 
ni puede dejar de ser No, aunque el otro y el mundo 
se pongan patas arriba. 
No, es el último acto de dignidad. 
No, es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes. 
No, no se dice por carta, ni se dice con silencios, 
ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, 
ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos; 
ni con pena y menos aún con satisfacción. 
No es No, porque no. 
Cuando el No es No, se mirará a los ojos y el No se descolgará 
naturalmente de los labios. 
La voz del No, no es tremula, ni vacilante, ni agresiva y no deja duda alguna. 
Ese No, no es una negación del pasado, es una corrección del futuro. 
Y sólo quien sabe decir No puede decir Sí.



Autor: Hugo Finkelstein

miércoles, 12 de octubre de 2011

Dios hubiera dicho...


" Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho!
Lo que  quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.

 Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

 ¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú  mismo construiste y que dices que son mi casa.

Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es  en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

 Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad  fuera algo malo.

 El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes  expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí  por todo lo que te han hecho creer.

 Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada  tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un  paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito...
¡No me encontrarás en ningún libro!

 Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi  trabajo?

 Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. 
Yo soy puro amor.

 Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar.  Si yo te hice... yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias...  de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? 
¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice?
¿Crees que podría yo crear un lugar para  quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios loco puede hacer eso?

 Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para tí. Lo único que te pido es que pongas atención en  tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

 Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. 
Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
 Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes,
nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
 Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
 No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero  te puedo dar un consejo. 
Vive como si no lo hubiera. 
Como si esta fuera tu única  oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. 
 Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di.
 Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?... ¿Te divertiste?...  
¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?...
 Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

  Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?... 
¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

 Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te 

han enseñado acerca de mí. 
Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas.   
¿Para qué necesitas  más milagros?¿Para qué tantas explicaciones?
 No me busques afuera, no me encontrarás. 
Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en ti.

Baruch de Spinoza