Soy monorrena, vivo con un solo riñón, debido a una nefrectomia radical del riñón izquierdo realizada como consecuencia de un tumor renal

Desde esta nueva vida, surge en mi la necesidad de comenzar a utilizar este espacio con el fin de aportar conciencia e información sobre prevención de esta enfermedad. La única manera de prevenir es estar informados y prestarle atención a nuestro cuerpo.

Es desde este lugar, que me atrevo a proponer e invitar a transitarlo juntos…

¿Me acompañas?

lunes, 22 de agosto de 2011

Cuando pienso en lo que hago

y también cuando no pienso.
Cuando corro y cuando camino.
Cuando digo lo que pienso y cuando callo.
Cuando tomo decisiones
y cuando me las guardo.
Cuando lloro y cuando río.
Siempre corro el riesgo.

Cuando me animo y cuando me acobardo.
Cuando digo la verdad y cuando miento.
Cuando me juego por alguien
y cuando no lo hago por nadie.

Siempre corro el riesgo

De enamorarse de quien nos corresponde
y de amar a quien no nos ame nunca,
de entregar todo, mucho o poco que tengamos dentro,
de cometer errores, pero también aciertos,
de apostar más de una ficha y no entender el juego
o de creer que las sabemos todas e ignorar tantas otras,
de soportarlo todo y no interesarnos por nada.

Siempre corro el riesgo.

De tomar un camino equivocado o de creer
que el nuestro es el único correcto,
de animarnos o no a hacerlo,
poder creer o creer siempre que no puedo,
permitirme algo o coartar todo posibilidad de ser,
ser no es nada fácil, el no ser no tiene sentido.

Siempre corro el riesgo.

Cuando creo y cuando desconfió.
Cuando soy feliz y cuando no puedo serlo.
Cuando me permito y me prohíbo.
Cuando me acerco y también cuando me alejo.
Cuando abro puertas y cuando las cierro toda.
Cuando veo una luz y cuando ando a oscuras.
Cuando afirmo y cuando niego.
Cuando elijo algo nuevo.
Cuando me aburro de lo viejo.
Cuando me río de mí mismo
y cuando lloro por lo ajeno.

Siempre corro el riesgo.

Cuando sostengo, cuando me caigo.
Cuando estoy atento, cuando me distraigo.
Cuando conozco algo nuevo y
cuando me aferro a lo que tengo.
Cuando llego demasiado temprano
o cuando creo que para todo es tarde.

Siempre corro el riesgo.

Cuando acepto todo sin cuestionarme nada.
Cuando reveo mi historia
y cuando me otorgo sólo desdichas.
Cuando me sorprendo y cuando me aburro.
Cuando llego y cuando creo que nunca alcanzo.
Cuando construyo y también cuando me quiebro.
Cuando me castigo por un fracaso
o me galardono por un éxito.
Cuando me enojo y cuando protesto.
Cuando se abren nuevos caminos
y cuando no veo ninguno.

Siempre corro el riesgo.

Cuando piso fuerte y cuando resbalo.
Cuando hiero y desestimo
y cuando pido perdón y me arrepiento.
Cuando me veo en el espejo y me agrado
y también cuando no me miro.
Cuando comparto todo
o cuando todo me lo guardo.
Cuando me cuido
y también cuando me abandono.

Siempre corro el riesgo.

Cuando propongo una idea
o no se me ocurre ninguna.
Cuando admiro lo bello
y cuando me creo más que los otros.
Cuando me equivoco y también cuando acierto.
Cuando pido perdón y cuando digo gracias.
Cuando salgo a la calle a buscarte
y cuando vuelvo convencido
de que no voy a encontrarte.
Cuando huelo tu perfume y no te veo.
Cuando miro un mundo de colores y me ilusiono
y después me tropiezo.
Cuando me levanto y cuando me acuesto.
Cuando te cuento que de alguna manera
soy yo quien escribe
y también soy yo a que siento.
No apuestes a lo seguro
a lo previsible
andá un poco más allá.
¡No dejes de correr el riesgo!

Anónimo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario